Las regularizaciones masivas contra el interés público

Carlos Julio Báez Evertsz

Un famoso profesor de Harvard, Michael Sandel, plantea esta pregunta: ¿Hacemos lo que debemos?, para iniciar una argumentación sobre problemas a los que nos enfrentamos en la toma de decisiones. Si partimos de ella para saber si en RD se está haciendo lo debido en materia inmigratoria haitiana, la respuesta es obvia: ¡claro que no!

No hacemos lo que debemos como Estado, no hacemos lo que debemos como ciudadanos, y no hacen lo que deben los encargados de servir al Estado y al interés general del pueblo dominicano, que aunque sea “vulgar”  hay que recordar, es quien paga sus nóminas. Y en este mundo nuestro el que paga, manda.

Quizás si hacen bien lo que mandan otros, a los que este paisito no les importa absolutamente nada. Y éstos sí están complacidos de tener, con perdón, tontos útiles tan sabios, además, que quieren hacer de su territorio el depósito del material humano sobrante de Haití, para que la clase dominante haitiana, no se vea turbada por mayores y más agudos conflictos sociales.

Esa es la cuestión de fondo. La RD está jugando el papel del tonto que es invitado a cenar con un selecto grupo de señores poderosos, que lo invitan a su mesa para divertirse a su costa. Algo que es escenificado en la película francesa La Cena de los Idiotas.

Pretender que la RD haga regularizaciones y además periódicas es contrario al interés general. Se argumenta que es para saber quiénes están y quiénes son (cuestión harto difícil en un país como Haití dónde no se documenta a la población), pero es que para hacer eso NO es necesario regularizar sino simplemente censar a esa población.

Censar no regularizar, estén o no documentados, no para dejarlos en RD sino para retornarlos ordenada y dignamente, hacia su país. Retorno no regularización es la consigna de quienes sirven al interés de su país. Regularización masiva es una consigna contraria al interés general.

El objetivo de regularizar es darle estatus de legalidad a su permanencia. Es poner una carga excesiva sobre el Estado Dominicano. Es incrementar los niveles de insalubridad y patologías sanitarias  e incrementar los conflictos en la RD. Conflictos que habrá que resolver policial o militarmente cuando estallen.

Entonces supongo que tendrán que optar –desde sus cargos gubernamentales- entre ponerse del lado del Estado y Gobierno al que sirven, o, ¿irán a denunciar ante los organismos internacionales a su Gobierno por violar los derechos de quienes han entrado a este país, sin ningún Derecho Positivo a hacerlo burlando las leyes de RD?

Cuando se exponen cifras, datos, se hace de una manera verdaderamente irresponsable. ¡Que se regularice, legalice y permanezcan en territorio dominicano 497 mil haitianos!De los cuales 196 con documentos vencidos y 301 mil que se han quedado sin obtener papeles. Y se quedan tan tranquilos y satisfechos. ¡Qué desconocimiento del Estado! ¡Qué ejercicio de desubicación!

Vemos que llegan en un año 16,670 inmigrantes  en barcas a las islas Canarias, del 1 de enero al 15 de noviembre de 2020 y hay un revuelo enorme por su número, en un país de 41 millones de habitantes y una densidad demográfica bajísima como es la de España. El Ministro del Interior señala que no pueden aceptarlos porque eso provocaría un efecto llamada y que a la mayoría hay que retornarlos.

la Ministra de Exteriores y Cooperación vuela a Senegal para llegar a acuerdos de lucha contra el tráfico de personas por mar y que se acepten las devoluciones de africanos subsaharianos. El de Interior viaja a Marruecos para reiterar acuerdos e intensificar las persecuciones de las salidas por mar y permitir el retorno de inmigrantes. El Gobierno pide a FRONTEX actuar para poner trabas a estas llegadas continuas de barcazas.

Al contrario de esa alarma y acciones españolas ante un número de irregulares sensiblemente inferior, en RD unos miembros del Gobierno tienen el tupé de pedir en un país de apenas 11 millones de habitantes en 48 mil kms, con una densidad demográfica relativamente alta y con una renta per cápita cuatro o cinco veces inferior a la española ¡que regularicen  y den residencia legal a un total de 497 mil haitianos!

La dimensión de esto es aún mayor cuando el problema es que no se requieren, ni se necesitan y, además, la mayoría del pueblo Dominicano no los quiere en RD, viniendo de la manera que vienen.

No lo hacen por un sentimiento  de odio o racismo sino simplemente porque su presencia perjudica los intereses nacionales, tanto económicos, como culturales, sanitarios y hasta políticos, por no referirme al orden público y a la seguridad nacional, que no es un asunto sólo de los militares sino de todo el pueblo. 

Algo que parece que nuestras autoridades hasta ahora nunca tienen en cuenta. Si se sigue con esta política  que es en realidad una “No Política”, lo ocurrido en los años 30 del siglo pasado, se puede quedar pequeño, cuando estalle la ira popular, porque sabe Dios qué si no se ponen remedios radicales estallará, no les quepa duda.

No hay que ser ningún experto en polemología o en sociología de los conflictos para darse cuenta de ello. Simplemente hay que tener conocimientos históricos y sensibilidad u olfato político, algo que no se enseña en Nôtre Dame, ni en la universidades mejicanas, ni tampoco en París, Londres, Roma o Madrid.

El  vocero o líder de las regularizaciones masivas en RD, lo dice claramente. Regularizar debe ser una política reiterativa, es decir, que cada uno, dos, tres, cuatro años se regularice, y la simple enunciación de eso es una política letal para los intereses nacionales y para una estrategia país.

Ya pueden hacer logo y símbolos vistosos de  Marca País y gastarse millones de dólares en Madison Avenue en campañas de imagen, que el efecto que eso causaría sería como un tsunami demográfico y económico en la RD, tirando hacia abajo la mayoría de los indicadores de macro magnitudes económicas. Y eso es lo que se vería en los datos. Lo que no saldría en ellos sería aún peor para la población dominicana.

La mayoría de los países europeos y del mundo nunca han realizado regularizaciones y dónde se han llevado a cabo, sólo se han hecho en momentos muy puntuales y en países que en cierto modo, en esas coyunturas, necesitaban mano de obra, no lo han hecho por ningún otro motivo.

Cuando se hizo la última regularización en España, hace 15 años, con el presidente Zapatero, en la UE los otros Estados Miembros estaban muy irritados con el Gobierno español por lo que consideraban un acto irresponsable e insolidario, que provocaba un efecto llamada hacia Europa, de masas de personas que quieren mejorar sus vidas pero no luchando para cambiar las condiciones sociales y económicas en sus países, sino yendo a los países más ricos y prósperos que tienen más cerca.

Sólo quienes estén ciegos u obnubilados ante la realidad pueden pedir en un país con altos niveles de subempleo y de desempleo, con altas tasas de pobreza y, con las dificultades añadidas de una pandemia de Covid-19 y la más que previsible, segura, recesión económica que vendrá en los primeros años del postcovid, que se añadan 497 mil haitianos fijos a la población residente en RD.

Hay cosas tan evidentemente negativas y extemporáneas, que supongo que el Presidente Abinader, economista y empresario, acostumbrado por tanto al cálculo y las ecuaciones de ahorro e inversión, y sus más cercanos asesores, harán oídos sordos a estas peticiones destempladas y anti políticas  de sus colegas de Gobierno y prohibirá rotundamente volver a referirse a ese asunto durante su mandato.

La regularización sería una soga política en el cuello del Presidente Abinader en su actual mandato y un obstáculo insalvable pensando en su opción de reelección en 2024.

Torrelodones, 19 de noviembre de 2020