
Carlos Julio Báez Evertsz
En el blog revista https://unmundoporganar.org nos sentimos complacidos en publicar el trabajo de Kevin B. Anderson, “Marx no era un pensador eurocéntrico”. Dónde explica su punto de vista de por qué esa acusación no es correcta.
Existe una tendencia en el pensamiento social que pretende hacer una lectura “decolonizadora del marxismo”. La idea es que al ser Marx un hombre blanco, europeo y naturalmente, formado en las ideas de su tiempo, tendió a soslayar o minusvalorar las posibilidades que hay de pasar desde formas de producción precapitalistas a una forma de producción socialista, saltándose la etapa capitalista.
Resumiendo hasta el límite ésta idea, a la que se agregan otras “complejidades” como sus escritos sobre la India, su criticidad con Bolívar, su énfasis en las clases sociales, más que en cuestiones identitarias como la raza, sexo, color de piel, indigenismo, a lo cual se puede agregar el feminismo, el tema trans, queer, el no binerarismo y un amplio etc.
De ello resulta un Marx que requiere “completarse” – según estos críticos-, que pretenden que Marx hablara desde el siglo XIX como si fuera un pensador del siglo XXI o un profeta o visionario. Para hacer esta crítica a Marx, a veces muy docta, elaborada por sabios que nos ilustran que ellos han leído sus manuscritos en el Instituto Social de Amsterdam, y han estudiado allí los Grundrisse (Borradores).
Para salvar a Marx de la acusación antes referida de eurocéntrico, procolonialista, anti indigenista y anti negro, además de patriarcalista y etc., se utilizan anotaciones de Marx en los citados Borradores y cartas dónde hace puntualizaciones, o expone ideas sueltas, sin ninguna pretensión sistemática.
Así pues, se hace uso de un modo o de otro, de cualquier frase o idea de carácter secundario, más o menos marginal a sus trabajos científicos rigurosos y con ello se “descubre”, que éstas brindan la ocasión para hacer un “aggiornamiento”, por los profesores de las nuevas secciones o departamentos de estudios decoloniales, de que Marx, pese a todo, no era ese “vulgar” eurocéntrico, anti indigenista, procolonialista o anti negro, que “encuentran” en trabajos o artículos más sistemáticos.
Nadie duda que de ese esfuerzo intelectual van a surgir ideas interesantes y se suscitarán disquisiciones fructíferas, de la misma manera que se caerá en exageraciones y caricaturizaciones.
Mi punto de vista es el siguiente: ningún pensamiento sistemático, por muy avanzado que sea, por totalizador que resulte, es a todas luces imposible que no pueda tener necesidad de que se le incorpore a su corpus teórico, los avances tanto científicos como tecnológicos que, por razones cronológicas, no podían formar parte de una investigación y reflexión limitada por el espacio tiempo histórico en que se produce todo conocimiento.
El pensamiento de Marx está abierto y sujeto a futuros enriquecimientos, como todo aquél pensamiento que tenga pretensión de cientificidad. Por tanto, bienvenido sea enriquecerlo con todo el acervo de los últimos doscientos años.
Lo que me ocurre es que no acierto a comprender, como se puede achacar a Marx que no haya visto que de la comunidad primitiva o de formas feudales de producción, se pueda pasar directamente a formas de producción socialistas. A un socialismo que, en Marx, no es una consecuencia del voluntarismo, de la acción de un grupo de obstinados, o, de unos iluminados, sean éstos los indígenas paraguayos que organizaron los jesuitas o los campesinos de las comunas rusas, tan loadas por los narodnikis (los populistas rusos).
El socialismo de Marx se fundamenta en el desarrollo de las fuerzas productivas y en eso soy un recalcitrante “marxista ortodoxo”. Hay socialismos cristianos, libertarios o anarquistas. Socialismos pequeñoburgueses, de tenderos y contables, de artesanos y de profesiones liberales y, si se me fuerza, hasta hay quizás algunos “socialismos” identitarios, raciales, etc.
Lo que ocurre es que eso no tiene nada que ver con Marx, sus ideas y sus descubrimientos sobre el capitalismo. Porque es del desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo que se dan las bases para el socialismo. Esa es la diferencia específica entre Marx y los socialismos subjetivistas o nominalistas, utópicos y distópicos.
Por ejemplo, hay quienes hablan de “marxismo negro”. Y eso no existe. De la misma manera que no hay un “marxismo blanco”. Hay blancos y negros marxistas, como hay asiáticos, africanos, y mestizos latinoamericanos marxistas. O sea, hay personas de la raza humana que son marxistas y que escriben o investigan teniendo como método o como enfoque el marxista.
El marxismo es universalista, globalista, si se quiere emplear esa palabra, y es comprensivo de todas las etnias, razas, colores, culturas y comportamientos societales, porque va dirigido a las personas, aunque se centra como sujeto de análisis en las clases sociales y sus luchas, y de la misma manera que no hay clases sociales por ser blancas, tampoco las hay por ser negras, mestizas o indígenas. Todos formamos parte de clases sociales sin importar nuestros rasgos identitarios, el color de piel, el género, la preferencia sexual, el país de nacimiento, la lengua que se hable y etc.
Así pues, leamos con interés, curiosidad y respeto las elucubraciones sobre cómo hacer de Marx, de un “europeo céntrico”, o de un “encerrado” en una visión del socialismo que no tiene en cuenta los aportes de una economía natural o de trueque, como “base” o “núcleo” para un socialismo que se salte el capitalismo. Hagámoslo.
Ahora bien, también conservemos el espíritu crítico para descartar todas las excentricidades, que en más de doscientos años después de Marx, no se han podido demostrar. Entre ellas, que los pueblos pueden avanzar de manera más o menos acelerada saltándose el capitalismo y pasar de una economía natural cazadora y recolectora a un socialismo que, según Marx, se logrará mediante un nivel elevado de desarrollo de las fuerzas productivas.
Simplemente la pregunta que habría que hacer a los seguidores de esa tesis, del salto de la comuna primitiva al socialismo, es ésta: ¿Puede mostrarme un solo ejemplo histórico del paso de una sociedad precapitalista a una sociedad socialista, en el sentido marxista de socialismo?
Pero, por favor, no use trucos. No lo haga con una definición formalista o subjetiva de “socialismo”, porque entonces uno puede decir, que socialismo es cualquier sueño de la sin razón o de la razón que, como todos sabemos, por experiencia o desgracia, suele producir monstruos.
15 de agosto de 2022